lunes, 12 de julio de 2010

Saramago para los momentos difíciles...



-Foto: caricatura GENIAL de Saramago by Turcios (el detalle de la estilográfica al final de la trompa me encanta)-







115 páginas.

Ésas son exactamente las que me dio tiempo a leerme ayer por la noche, sentada en la mesa de un bar, rodeada de energúmenos vociferantes y con los oídos cerrados a cal y canto para sobrevivir al apocalipsis.

Saramago fue ayer un fiel compañero de fatigas. Siempre, siempre, siempre voy a agradecérselo.

De todas maneras, ni siquiera Saramago fue capaz de salvarme de las salpicaduras de cerveza en el momento del gol, de los innumerables petardos, de la posterior visita a la fuente, de las copas de celebración.

Si algunos supiesen lo que una hace por amor... =)







La verdad es que, mirándolo en retrospectiva, este fin de semana ha sido movidito... Eso puede deberse, creo yo, al hecho de que el viernes me quedé sin ver a Los Chikos del Maíz porque a última hora se cayeron del cartel y, para consolarme (que consuelo necesitaba mucho porque, por si no lo sabíais, me quedé sin ir al Ortigueira por ver ese concierto), mi estómago hizo desaparecer una botella entera de vino blanco, con pegajosas, estrepitosas y vergonzosas consecuencias. O también puede ser que la sensación de finde movidito se deba a la visita sorpresa que los secretas nos hicieran el sábado por la noche, mientras celebrábamos con un discreto y tranquilo botellón el cumple de Aroa (esto lo digo sin ironías, que conste, JURO que era discreto y tranquilo). Eso sí, al final la multa nos la ahorramos poque si no, ¿para qué querríamos más? Tsch, vete a saber... Un finde así deja a cualquiera medio alelado. Pues eso, perdón por el alelamiento, ¡¡jajajaja!!







[Leyendo: Las intermitencias de la muerte - José Saramago]

No hay comentarios:

Publicar un comentario