
-Foto: ilustración by Maitena-
El otro día salí de mi examen y me dio la vena de dar una vuelta por el centro comercial de Príncipe Pío. Paseé un poco por allí, entré a unas cuantas tiendas, vagué sin buscar nada concreto, simplemente echando un vistazo.
Y acabé sintiéndome tan extremadamente mal, que tuve que salir de allí a toda leche.
¿Por qué?
Fácil. Me estaba dando asco a mí misma.
Así de sencillo.
Me asqueaba el hecho de estar allí mirando las mismas tiendas, entrando a los mismos sitios en los que miles y miles de chicas y chicos entran diariamente. Pensando en probarme las mismas prendas que miles de personas llevarán exactamente igual que yo.
Porque es así. Lo veo, lo siento, lo reconozco... La juventud española, digamos de los 14 a los 25 años, compra en las mismas tiendas, lleva la misma ropa, consume la misma moda.
Y luego entré en el autobús y esa imagen, esa idea, seguía persiguiéndome incesantemente. Porque allí estaba también, delante de mis narices, cada día, en la calle, en la universidad, en el Metro, en el trabajo... Una mayoría aplastante de chicas y chicos adolescentes y jóvenes vestidos EXACTAMENTE igual. Igual es el corte de los pantalones que vestimos y su estrechez o falta de estrechez, iguales los bolsos, botas y sandalias que nos ponemos, iguales los cortes de pelo, igual la tonalidad de nuestra ropa, iguales incluso los pendientes que llevamos en las orejas, los piercings, los tatuajes que nos hacemos...
Esta sociedad de consumo en la que hemos crecido nos ha uniformado a todos de la misma manera sin necesidad de reclutamiento, de ejércitos, de armas ni de guerras. Sólo con el poder de la publicidad, de la presión de la masa que mira de reojo a quien se sale de la norma.
La mayoría de nosotros somos borregos consumidos por la moda, pendientes de la moda, inmersos en la moda. Y ni siquiera nos damos cuenta de ello. Compramos una camiseta en Zara, nos miramos en el espejo de nuestra casa y nos decimos a nosotros mismos: "Jo, me encanta, qué camiseta más original y chula me he comprado". ¡¡Mentira!! Miles de chicas más se han comprado esa misma camiseta, quizá pensando lo mismo que tú, miles más igual de aborregadas que tú.
¡¡¡Me está comiendo la mierda pensar en todo esto!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡QUÉ ASCO, QUÉ ASCO, QUÉ ASCO, QUÉ ASCO!!!!!!!!
La princesa está triste,
¿qué tendrá la princesa?
♫ Flowklorikos - Por amor al odio ♫
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