lunes, 15 de febrero de 2010

Eficacia = sonrisa



-Foto: mis lindos pies en puntas (sí, ¿qué pasa?, me siento orgullosa de mis empeines)- xD







Cinnamon, como siempre, lleva un traje elegante. Todos sus trajes están bien cortados y se ajustan a su cuerpo. El estilo es más bien clásico, no son llamativos, pero, en el momento en que Cinnamon se pone los trajes se vuelven originales, juveniles, como si hubieran esparcido un polvillo mágico sobre ellos. Por supuesto, las corbatas también cambian a juego con los trajes. Y van variando las camisas, los zapatos. Tal vez su madre, Nutmeg, los elija como tiene por costumbre y le dé todo lo que compra. Pero, en cualquier caso, nunca verás una sola mancha en la ropa de Cinnamon, tampoco en sus zapatos se descubre una mota de polvo. Igual que en la carrocería del Mercedes Benz que él conduce. Ver su rostro cada mañana es algo que siempre, desde lo más hondo de mi corazón, me admira. No, incluso podría decir que me emociona. ¿Qué puede existir bajo esta apariencia tan impecablemente magnífica?



Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (Haruki Murakami)







Hoy he conseguido hacer todas las cosas que me había propuesto (y eran bastantes, os lo aseguro), así que me siento orgullosa de mí misma porque eso no sucede a menudo...

Tengo que acostumbrarme a esto de ser eficaz porque le sienta muy bien a mi autoestima.







Mi pequeña Beuki, te mando millones de besazos, pellizcos y abrazos de oso para que vuelvas a sonreír muy pronto. ¿Me lo prometes?

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