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Foto: todas de fiesta Erasmus bruseliana con nuestras Gordon Platinum-
Domingo, 28 de febreroNos costó despegarnos las sábanas porque mil horas de sueño no hubieran sido suficientes para quitarnos todo el cansancio que habíamos acumulado el día anterior, pero cuando lo conseguimos, decidimos hacer una visita mañanera al mercadillo que ponen en Gare du Midi, donde venden todo tipo de frutas, verduras, especias, quesos (en Bélgica fabrican casi tantos tipos de quesos como en Holanda, por lo que pude ver), ropa y, lo mejor de todo, cosméticos varios, cremitas, champús, maquillaje... Y mola, porque no son cosméticos cutres y radiactivos como los que te venden en los chinos de España (que, por cierto, que sepáis que allí no hay tiendas de chinos como a las que estamos acostumbrados aquí, sino de pakistaníes, y en ellas venden básicamente alcohol de todo tipo y tabaco, y están abiertas hasta las 5 o las 6 de la mañana) sino de marcas como las que puedes encontrar en cualquier tienda o droguería, incluso con su envoltorio y todo, sólo que todo está más barato que en las tiendas. Hicimos la comprita como buenas amas de casa (lechugas, pimientos, huevos, esas cosas que compra la gente responsable, jijiji), incluidas un montón de guarrerías para desayunar, mmm, porque en un puesto vendían 5 cosas (fuera lo que fuese) por 3 euros y, claro, ¿quién puede resistirse a semajante ofertaza? xDD Así que nos llevamos gofres de chocolate, muffins, mini-magdalenas, galletas... todo lo que pillamos, vamos, jajaja. Y para rematar estupendamente la mañana de mercadillo, nos encontramos con un tipo muy majo, que acababa de guindar unos cuantos perfumes caros y los vendía a 10 pavos, así que cada una nos compramos una colonia mega-guay y nos fuimos para casita con los brazos cargados y completamente empapadas porque no había parado de llover en toda la mañana, pero más contentas que unas castañuelas. :-)
Al llegar a casa, arroz con tomate y huevos fritos para comer, y una
frikadelle super rica, que nos repartimos todas como buenas hermanas, porque sólo quedaba una. Para los que se lo pregunten, una
frikadelle es una salchicha belga super tocha muy especiada y que a mí me supo a gloria. Después de comer, teníamos toda la intención de irnos a ver el Sacre Coeur y el Atomium, pero seguía lloviendo sin parar y nos dio bastante perezón, así que acabamos haciendo una laaarga sobremesa, fumando, comiendo mini-magdalenas de chocolate y hablando de drogas (en plan, Brigada Anti-Drogas, que conste).Al final, como a las 6 de la tarde, conseguimos mover el culo y, aunque seguía lloviendo, nos armamos de valor y de nuestras capuchas, y nos fuimos a ver el Parlamento y a pasear por la zona del Palais Royal, el Palais des Beux-Arts, el Musée des Instruments de Musique ,y el Musée Magritte. Luego, cogimos el tranvía y nos fuimos a buscar el mejor puesto de
frittes de todo Bruselas. Otra aclaración para los interesados: las
frittes son unas patatas fritas super deliciosas muy típicas, que se fríen en 3 aceites distintos y se comen con la salsa que tú quieras. Yo me comí las mías con curry y casi tuve un orgasmo de placer, mmm, ¡¡estaban ríquisimas!! Después, tiramos para casita, donde nos cenamos unos sandwiches con Ana, M.A, Clara y Eva (a la que aún no conocíamos porque había estado hasta esa mañana en Berlín). Nos duchamos, nos cambiamos, nos peinamos, nos pintarrajeamos un poco y ¡de fiesta!
Nos paramos en un paki a comprar cervezas Gordon Platinum (que, para vuestra información, tienen 14º, suelen beberlas los yonkis y saben más o menos igual que un pesticida, en mi opinión) y nos fuimos andando hasta la casa de otra chica Erasmus que celebraba su cumple. Llegamos allí y aquello ya estaba petado de gente. Yo le pegué cuatro tragos a mi Gordon y decidí que eso no era para mí, más que nada porque me daba unas arcadas que no veáis. Así que me bajé con Sandra al paki y me compré una maravillosa botella de vino blanco para mí solita, después de intentar infructuosamente hacerle entender al tío lo que era la sangría en todos los idiomas que sabíamos. Vino blanco por aquí, conversaciones por allá, gente nueva, muchísimas risas con el juego "11 y bebemos", un italiano con el que no podía comunicarme ni en francés (porque yo no sabía) ni en español (porque él no sabía), por lo que acabamos chapurreando en inglés de una forma bastante cómica (no sabéis lo que cuesta explicar a alguien en otro idioma lo que es la música ska, jajaja) y... tatatachán... en el punto álgido de la noche, de repente, me doy cuenta de que Ana ha desaparecido del mapa y me digo a mí misma: "malo". Así que asomo la nariz por el baño y, por supuesto, mis peores sospechas se vieron confirmadas. xDD Dado que Ana no estaba en condiciones de continuar el fiestón, la cogimos entre todas y la llevamos a casa a rastras, echándonos unas risas por el camino, eso sí. Vídeo etílico-cómico de última hora y ¡todas a la piltra!
To be continued...