miércoles, 2 de diciembre de 2009

El Barrio de las Letras



Paseíto arriba, paseíto abajo se consiguen más cosas de las que parecen... Por ejemplo, descubrir un montón de lugares interesantísimos a los que, normalmente, no prestas atención. Ése es el encanto de ir caminando a los sitios, que todo va pasando ante tus ojos, no al ritmo acelerado que impone el transporte motorizado, sino al que nuestras piernas nos regalan, que es el mismo que nuestros ojos agradecen...

Tengo la maravillosa fortuna de estar trabajando ahora mismo en el Barrio de las Letras de Madrid, para ser exactos en la Real Academia de la Historia (más conocida para los amigos como "esa docta institución", jajaja) y, dado que en esta época del año, el frío ya nos pela un poco el culo cuando salimos al descanso, últimamente hemos desarrollado la estupenda costumbre de dar paseos para no quedarnos congelados. De esta manera tan accidental ha sido como he empezado a descubrir montones de rinconcitos encantadores que se esconden en las calles y callejas que rodean a la Academia.

Así, esta misma tarde me he topado de frente con la Filmoteca Nacional (Cine Doré), que no tenía la menor idea de que estaba ahí, tan cerca de donde voy cada día a trabajar. También he localizado una librería-café con una pinta estupenda, La Fugitiva, que tiene una selección muy jugosa de obras de autor, es zona wi-fi y, además, tiene unas tartas que... ¡slurp, slurp! Ayer, comprobé también que, en el barrio ,hay un montón de tiendas de disfraces, que llevan abiertas montones de años (es que nunca sé dónde ir cuando tengo que comprarme un disfraz; ¡y no, las tiendas de chinos, no me inspiran gran confianza en cuanto a disfraces bellos!).







Esta mañana ha sido de niebla y calabobos... ¡¡Me encanta la niebla!! Siempre me parece que, cuando el día está neblinoso, estoy caminando dentro de un sueño o por un cuento...







¿Por qué he tardado tanto tiempo en darme cuenta de que han cambiado de sitio el Oso y el Madroño de Sol? Es más, ¿alguien me puede explicar la utilidad de tal cambio? ¡Soy una contribuyenta insatisfecha, jum! Entre esto y la decisión de colocar papeleras de diseño en las calles del centro (teniendo en cuenta el vandalismo de que son objeto siempre las papeleras), no me extraña que el Ayuntamiento de Madrid tenga una deuda tan alucinante. ¡Venga, señores, que estamos que lo tiramos! En fin... ¡¡¡Asco de gobernantes!!!







Vuelvo a la vida cuando me tocas,
nace una estrella nueva en Atocha...
Estoy loco por ti,
eres mi rincón favorito de Madrid


Pereza - Madrid

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