
-Foto: mi momento cuentacuentos en beneficio de las benjaminas de la familia-
Bueno, esta foto no brilla precisamente por su calidad, su enfoque o sus modelos, pero resume con bastante perfección en qué ha consistido mi Navidad. ¿Queda claro, no? Pues eso... ¡¡¡Toda una fiesta!!! (¿Por qué no conozco el icono que expresa el sarcasmo? Con la falta que me está haciendo ahora mismo).
Y no... Acostarse a las 2.30 de la madrugada y tener que levantarse al día siguiente a horas tempranas para dar una vueltecita por Urgencias, no es mi ideal de una perfecta Navidad. ¿¿Soy rara o qué??
Pero yo no me rindo tan fácilmente... ¡¡Me sigue encantando la Navidad, hala!! :-)))))))
_ Escuche_dijo Granger, cogiéndole por un brazo y andando a su lado, mientras apartaba los arbustos para dejarle pasar_. Cuando era niño, mi abuelo murió. Era escultor. También era un hombre muy bueno, tenía mucho amor que dar al mundo, y ayudó a eliminar la miseria en nuestra ciudad; y construía juguetes para nosotros, y se dedicó a mil actividades durante su vida; siempre tenía las manos ocupadas. Y cuando murió, de pronto me di cuenta de que no lloraba por él, sino por las cosas que hacía. Lloraba porque nunca más volvería a hacerlas, nunca más volvería a labrar otro pedazo de madera y no nos ayudaría a críar pichones en el patio, ni tocaría el violín como él sabía hacerlo, ni nos contaría chistes. Formaba parte de nosotros, y cuando murió, todas las actividades se interrumpieron, y nadie era capaz de hacerlas como él. Era individualista. Era un hombre importante. Nunca me he sobrepuesto a su muerte. A menudo pienso en las tallas maravillosas que nunca han cobrado forma a causa de su muerte. Cuántos chistes faltan al mundo, y cuántos pichones no han sido tocados por sus manos. Configuró el mundo, hizo cosas en su beneficio. La noche en que falleció, el mundo sufrió una pérdida de diez millones de buenas acciones.
Montag anduvo en silencio.
_ Millie, Millie_murmuró_. Millie.
_ ¿Qué?
_ Mi esposa, mi esposa. ¡Pobre Millie, pobre Millie! No puedo recordar nada. Pienso en sus manos, pero no las veo realizar ninguna acción. Permanecen colgando fláccidamente a sus lados, o están en su regazo, o hay un cigarrillo en ellas. Pero eso es todo.
Montag se volvió a mirar hacia atrás.
"¿Qué diste a la ciudad, Montag?"
"Ceniza"
"¿Qué se dieron los otros mutuamente?"
"Nada"
Granger permaneció con Montag, mirando hacia atrás.
_ Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocara de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. "No importa lo que hagas_decía_, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ello tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí, el jardínero estará allí para siempre."
Llena tus ojos de ilusión. Vive como si fueras a morir dentro de diez segundos. Ve al mundo. Es más fantástico que cualquier sueño real o imaginario. No pidas garantías, no pidas seguridad. Nunca ha existido algo así. Y, si existiera, estaría emparentado con el gran perezoso que cuelga boca abajo de un árbol, y todos y cada uno de los días, empleando la vida en dormir. ¡Al diablo con eso! Sacude el árbol y haz que el gran perezoso caiga sobre su trasero.
Fahrenheit 451 (Ray Bradbury)
♫ The Rasmus - Night after night ♫
No hay comentarios:
Publicar un comentario