
Mmm... Vale... Creo que ya sé cuál es mi problema...
Es que no soy capaz de priorizar como Dios manda. No, no, no, nunca consigo discernir a la primera las cosas que han de tener prioridad en mi vida. Resultado: me paso la mitad del tiempo empantanada en una avalancha de dudas existenciales, que me amargan la existencia y van a conseguir que me salgan canas prematuras. Hasta elegir el color de una camiseta me produce, en ocasiones, dolor de cabeza...
Joder, ya sé que la vida está compuesta de continuas decisiones, pero ¡¡vaya una forma de hacer complicadas las cosas!!
Aunque, Dios, ¿qué estoy diciendo? ¿Es que acaso querría vivir en un mundo en el que mi camino fuera una línea recta hasta el infinito? ¿Nada de sorpresas? ¿Sólo monotonía, rigidez, aridez? ¡¡Eso sí que no!!
¿Y toda esta estúpida reflexión por qué? Por culpa de la elección de un viaje. Como algún día me toque decidir si dejo morir a mi mejor amiga o me salvo yo... ¿Qué coño va a ser de mí?
♫ The Beatles - Michelle ♫
Gracias, ya sé que no sabré lo que me tocará... Muerte incierta, menos mal que en el fin del mundo moriremos todos a la vez, apuff, que alivio!
ResponderEliminarYo creo que si, hasta ahora, has conseguido no morir por lipotimia, aplastamiento o deshidratación en ningún concierto de Los Delin, ya aguantas pa'los restos.
EliminarPor si acaso, manténte alejada de las grandes multitudes.