
-Foto: Shara y yo anoche en el Caravan celebrando Halloween por todo lo alto-
Ayer fue una de las escasas veces que me digné a celebrar Halloween, pero en este caso la tentación era demasiado grande y el planazo demasiado bueno: bailar musicón de los ochenta rodeada de zombis y vampiros. ¡No me pude resistir!
http://www.salacaravan.com/
Me siento orgullosa de lo entera y despejada que aguanté toda la noche porque es algo raro en mí, ¡jajaja! No tuve sueño en ningún momento y no llegué ni siquiera al punto de "lengua trabada", lo cual tuvo bastante de raro si tenemos en cuenta el hecho de que Shara y yo tuvimos copas gratis toda la noche gracias a que el DJ era amigo suyo. xDDDD
Eso sí, a las 4 de la mañana yo ya me moría de hambre y cuando, finalmente, partimos rumbo al hogar y llegamos a Atocha, me zampé un sándwich mixto bien hermoso en una cafetería que, a pesar de su cutrería extrema, era de las pocas que estaba abierta el Día de Todos los Santos a las 7 de la mañana. ¡Fue gloria bendita para mi estómago, ñam!
Total, que no sé cuantísimo tiempo podía hacer que no me acostaba yo un domingo a las 8.30 de la mañana, después de haberme pasado toda la noche bailando y brincando. ¡Mi organismo aún se porta bien de vez en cuando! =)
Hoy, mi estómago ha seguido comportándose como un caprichoso y me ha OBLIGADO a comer un plato gigante de espaghettis a la carbonara a mediodía para, 3 horas más tarde, hacerme sentir de nuevo tanta hambre como si no hubiera comido nada en absoluto y tener que comerme otro plato de espaghettis de merienda. xDDDD Y no creáis que luego no he cenado o algo de eso, ¿eh? Que cuando ha llegado la hora, tenía tanta hambre como la que más y me he trasegado un sándwich vegetal muy contenta y feliz, ¡jajaja!
Lo que yo os diga, tenía un desajuste hormonal o algo...
Aparte de eso, he estado haciendo una práctica de Fuentes Archivísticas hasta ultimísima hora porque, por supuesto, lo de hacerlo con tiempo no va conmigo... Conclusión: son las 3 de la mañana y aún no me he acostado, así que es posible que mañana me pudra en el infierno cuando suene el despertador, ¡grrrr!
He llamado a mi madre desde el hotel durante este período de paz. He apagado las luces y he corrido las cortinas buscando la sensación de privación sensorial. Todo estaba negro y sin sensaciones. En la habitación no había nada más que mi voz y la de mi madre procedente del auricular del teléfono, y me ha recorrido la sensación... la sensación de lo grande que es el don de poder hablar con los demás mientras estamos vivos. Las conversaciones intrascendentes, la voz familiar oída a través del teléfono de una habitación de un hotel de Las Vegas. Era extraño darse cuenta de que, en cierto sentido, no somos más que nuestra voz.
Microsiervos (Douglas Coupland)
Uno de los grandes momentos de la noche de ayer...
A veces no soy yo,
busco un disfraz mejor
bailando hasta el apagón...
♫ Vetusta Morla - Valiente ♫
Jijijiji...
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