martes, 18 de octubre de 2011

Big addiction



¡¡Y volví a engancharme como una vulgar yonki!!







Así que continuaron siendo brillantes y consiguieron lo suficiente como para sobresalir, pero al mismo tiempo actuaron como gente normal y se relacionaron entre ellos. Eran suficientemente mayores como para haber aprendido mucho, pero bastante jóvenes como para resistir los rigores físicos del trabajo. Y estaban suficientemente locos como para querer dejar la Tierra para siempre, aunque bastante cuerdos para ocultar esa locura fundamental, de hecho para defenderla como pura racionalidad, curiosidad científica o algo por el estilo... lo que, en suma, parecía ser la única razón aceptable para que desearan irse, y así , con toda naturalidad, ¡declararon ser las personas científicamente más curiosas de la historia! Pero, por supuesto, tenía que haber algo más. De algún modo tenían que estar alienados, lo suficientemente alienados y solos como para que no les importara dejar para siempre a toda la gente que habían conocido... y, sin embargo, debían conservar los suficientes contactos y ser lo suficientemente sociables como para congeniar con sus nuevos conocidos en el Valle Wright, con todos los miembros de la diminuta aldea en que se convertiría la colonia. ¡Oh, las contradicciones eran interminables! Tenían que ser tanto extraordinarios como ordinarios, a la vez y al mismo tiempo. Una empresa imposible, y no obstante, una empresa que era un obstáculo para lo que más anhelaban, y el material que provocaba ansiedad, miedo, resentimiento, cólera. Tenían que dominar todas esas emociones...


Marte rojo (Kim Stanley Robinson)








Sientes que esta vida no te va a perdonar,
sientes que es urgente no dar un paso atrás,
empiezas mil caminos, no van a ningún lugar
pues, amigo, no hay camino, se hace camino al andar...


Bongo Botrako - Caminante

No hay comentarios:

Publicar un comentario