¡Una patada en el culo para todos los huelebragas del mundo!

-Foto: Shara y yo el domingo en Huertas, dejando claras nuestras convicciones entre trago y trago, después de un paseíto por la Feria del Libro-







Os prometo que mi vida cada vez me sorprende más y más en los últimos tiempos. Cuando parece que realmente las cosas no podrían empeorar mucho más... oye... ¡que van y empeoran!

La semana pasada ha sido dura de cojones. Llegó el fin de semana y ¿mejoró la cosa? Muy bien, sé que todos lo habéis adivinado. ¡¡NO!!

Como 3 días de incertidumbre hospitalaria no parecen ser suficiente chicha para la emoción continua que es mi vida últimamente, qué mejor que acabar aderezándolos con complicaciones amistosas y... la guinda del pastel... ¡¡otra patada en toda la boca para mi confianza en los demás!!

¿Me ha sorprendido la guinda? Me temo que la respuesta es sí. ¿Me ha dolido y angustiado? Se siente, pero eso ya sí que no. De hecho, ojalá recibiera de la misma manera siempre las puñaladas traperas de la gente. Me sentí tan tonta por haberme empeñado, al menos, en salvaguardar la confianza... que me dio un ataque de risa loca cuando supe que, por supuesto, esa confianza no merecía en absoluto ser salvaguardada.

En serio, Elena, aprende de una vez que existen personas a las que no les importa el sufrimiento de los otros. Que, de hecho, han hecho del reírse de ese sufrimiento toda una filosofía de vida.

OK, lección aprendida. Pero me sigues dando mucha lástima.







¡¡Nada mejor que quitarte la venda de los ojos y hacer un barrido de karma (y de otras cosas) para ver mejorar tu existencia a pasos agigantados!! =)







[Leyendo: Poderes - Úrsula K. Le Guin]