
Este fin de semana asistí a las IV Jornadas Ábrete Libro, organizadas por el foro virtual del mismo nombre en La Casa Encendida.
Cinco mesas redondas repartidas en un día y medio de buenos momentos, de descubrimientos, de sentirse como en familia. Una familia cuyos miembros no estaban unidos por la sangre sino por algo que, a lo largo de los tiempos, ha unido a tantos y tantos seres humanos: el conocimiento, la sed de sabiduría, el amor por los libros.
Escuchamos y hablamos, aprendimos, reímos, participamos, nos emocionamos. Cinco conferencias, a cual más interesante, sobre libros ilustrados, literatura popular, autores olvidados, teatro y novelas de griegos y romanos.
Ains, qué felicidad me producen estas cosas, jo. =)
Sólo es miércoles y esta semana ya está siendo oficialmente una auténtica locura: papeleos inacabables para matricularme del nuevo curso en la facultad, prisas y carreras, camareros que me vuelcan encima un Aquarius enterito, una entrevista de trabajo... y también algo realmente triste para mí: despedirme de nuevo de Carmen, mi Carmela, que este curso se va a Londres a buscarse la vida y a aprender mucho english.
¡¡Que te quiero yo a ti, rubia!! Aprovecha a tope esta experiencia y acuérdate un poco de los que nos quedamos aquí echándote de menos.
Saber orientarse en una biblioteca es dominar la cultura en su conjunto y, por tanto, el mundo.
Signatura 400 (Sophie Divry)
[Leyendo: La rueda celeste - Úrsula K. Le Guin]