
-Foto: Benicássim '09-
En resumen, Sumire era una romántica incurable, era intransigente, cínica y, dicho con un eufemismo, una ingenua. Cuando empezaba a hablar, no callaba, pero ante personas con las que no congeniaba (en suma, ante la gran mayoría de los seres humanos que conforman este mundo) apenas abría la boca. Fumaba en exceso y, cuando cogía un tren, siempre perdía el billete. Si se le ocurría alguna idea, incluso se olvidaba de comer, estaba delgada como un huérfano de guerra de esos que salen en alguna película vieja italiana, y sólo su mirada mostraba cierta inquietud y vivacidad. Más que explicarlo con palabras, lo mejor sería, si la tuviera a mano, mostrar una fotografía, pero desgraciadamente no tengo ninguna. Detestaba con todas sus fuerzas que la fotografiasen y tampoco abrigaba el deseo de legar a la posteridad un "retrato del artista adolescente". Si tuviera una fotografía de la Sumire de aquella época, ésta sería, con toda seguridad, un documento único sobre uno de los ejemplares más peculiares de la especie humana.
Sputnik, mi amor (Haruki Murakami)
Pasear y pasear y pasear a la orilla del mar sin mirar el reloj, sin pensar en ninguna otra cosa... Sólo dejar fluir el tiempo... No hay nada que desee más ahora...
Sólo quiero leer... Sólo quiero que se olviden todos de mí... Sólo mis libros...
♫ Yann Tiersen - La dispute ♫